viernes, 26 de febrero de 2010


MIRAR PROFUNDO












Por Bernardo Silfa Bor

Al mirar profundo en tus ojos
en esos ojos de luz
que conducen lúdicos
a la blancura del alma
me humedezco de gozo
al  saberme mirado por ti
en la eterna plenitud
que nos une al tiempo

al tocar la dulce tersura de tu piel
piel aromada de esencia vital
para el aliento que me llena
cuando respiro el sabroso olor a fruta
que circula por la sonrisa de tu boca
me humedezco de gozo
al saberme acariciado por ti
en la repetición ardiente del beso

el universo ahora se abre infinito
a la dulce comunión de los cuerpos
a estos cuerpos que tenemos
como diálogo divino
mientras yo humedecido de gozo
te susurro al oído
la inmensidad de lo vivido.



MOMENTO






















Por Bernardo Silfa Bor


Este momento es pasta gelosa 
resina cuajada lenguaje
como lágrima en la concha
concha madura de vientos
de vientos y pisadas antiguas
este momento es voz abierta
hacia el tránsito de la hoja
como maciza vestidura
para el nacimiento de la lengua
cuando el mito desdibuja la historia
este momento casi frutal   
es jugo desbordado en el ojo
espejo que sumerge la imagen
en el espacio inerte del místico dédalo
ese que circula la gema como insecto
en las edades y las sustancias de la era
era que hace de raíz al momento  
y a la piedra de luz liviana
para tu esencia de hembra
como alborada en nacimiento
tras la huella del tiempo
este momento tuyo y mío
de nadie y de todos
es la fuente límpida
donde narciso se mira  su rostro vegetal
como asombro o como mundo
desde nuestras antiguas miradas. 
ALMA CANTADA














Por Bernardo Silfa Bor

Este poema se lo dedico a Ana Corazón de Diamante
por la frescura de su poesía.


Tus miradas ante mis ojos
son dulces diamantes
para resarcir la luz
que el tiempo ha olvidado
en algún rincón indefinido
donde se afianza el viento
y como tú yo canto
esos cantos que cantas
y que se cantan así mismos
desde el canto de la pluma
de mi voz cósmica y telúrica
paralela a la tuya
encendiendo los asombros
de todas las voces
porque mi alma
al igual que las otras
es el alma pecadora
de todas las eras humanas.